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lunes, 26 de diciembre de 2016

Y llegó la tristeza..., nuestra segunda emoción.

El programa de convivencia "trigeneracional" continúa su actividad centrada en las emociones. La tristeza nos acompaña en el adiós al 2016.

Mascota de la tristeza. Figura zoomórfica del cuadro Blue Sky, de Vasili Kandinski.



      El 12 de diciembre tuvimos nuestra última sesión en ServiMayor de este año, 2016, en el que hemos puesto en acción, primero como experiencia piloto y como proyecto estructurado en este curso escolar, el nuevo programa de convivencia "trigeneracional". Un plan que está diseñado para que los alumnos de 3º de ESO, que actúan como generación bisagra entre niños y mayores, desarrollen una intensa propuesta de aprendizaje en torno al mundo de las emociones. También el que los niños del centro de educación infantil La Casita, que tienen entre dos y tres años de edad, centren en el ámbito de las emociones gran parte de sus actividades formativas y que empiecen a identificar los estados de ánimo que experimentan, tanto en ellos mismos como en los demás, y las situaciones que los provocan. Los mayores de ServiMayor nos acompañan en este viaje en torno al mundo de las emociones, participando con nosotros en los talleres y actividades que llevamos a cabo en nuestros encuentros y haciéndose cómplices de las iniciativas que desarrollamos.


     Después de la alegría ha sido el turno de la tristeza, su opuesto, que hemos hecho coincidir con el final del año. Hemos recogido, como hicimos con la alegría, la expresión gráfica de esta emoción, fotografiando a niños, adolescentes y mayores con sus caras tristes. En los niños de manera espontánea, aprovechando esos instantes de obcecación y frustración que tienden a expresar con  facilidad y frecuencia en sus experiencias diarias, que afortunadamente resultan breves y pasajeros. Los alumnos del Instituto se han fotografiado ellos mismos en actitudes y gestos simulados, más bien fingidos, algunos muy veraces y convincentes, otros algo más impostados y sobreactuados. En cuanto a los mayores, muchas de sus fotografías han sido tomadas de manera improvisada, retratando unos rostros que durante buena parte del día muestran de manera natural un cierto poso de tristeza. Con las fotografías de unos y otros hemos elaborado el "árbol de la tristeza", una estructura ligera y móvil que pretendía simular a esos atrapadores de sueños que asociamos a la cultura de los indios americanos. 


      Aprovechamos esta sesión para experimentar con una nueva herramienta de estimulación, el Flipi-Flux, un juego de geometría cinética que ofrece un espacio de acción para los movimientos compartidos de manos y brazos, que acompaña el manejo del artefacto con sugerentes efectos sensoriales y con una sorprendente belleza plástica y visual. Una actividad colaborativa y lúdica que ayuda al desarrollo de la atención y de la concentración, que favorece la expresividad corporal y potencia la motricidad de niños y mayores. Renata ha sido la que nos ha iniciado en su manejo y nos ha mostrado sus posibilidades, facilitándonos recursos y medios para superar las dificultades de movilidad de los mayores.

      El "árbol de la tristeza" va a pasar las Navidades en ServiMayor, esperando que actúe como un auténtico ahuyentador de tristezas y atrape entre sus ramas los excesos de esta emoción, cuando el estar triste ya no cumple con su función adaptativa y evita el expresar otros sentimientos positivos. Y ojalá para este próximo año todos consigamos estar tristes solo cuando lo necesitemos y que, ya puestos, la tristeza se haga muy poco necesaria, lo más prescindible posible.






domingo, 11 de diciembre de 2016

Alegría, segunda parte.

Continuamos con los talleres de las emociones en el programa "Trigeneracional"

La asamblea al comienzo de la sesión: una rutina imprescindible para facilitar la adaptación de los niños al nuevo espacio.
Fieles al calendario, el pasado 28 de noviembre tuvimos nuestra segunda sesión con las tres generaciones del programa "Trigeneracional" -niños de entre 2 y 3 años del Centro de educación infantil La Casita, alumnos de 3º de ESO del IES Jaranda y los residentes de ServiMayor-, continuando con la "Alegría", la primera de las emociones que hemos puesto en acción. El esquema de trabajo siguió las mismas rutinas, imprescindibles cuando trabajamos con los niños, continuando con las actividades que habíamos iniciado en la anterior sesión. En esta ocasión nos dedicamos a las situaciones, actividades y cosas que nos hacen estar alegres. Vamos observando cómo van naturalizando y normalizando, unos y otros, los encuentros y la presencia en la residencia y el trato con personas hasta hace poco desconocidas y que ahora, cada quince días, se convierten en eventuales "compañeros de clase". Aún es pronto para que niños y jóvenes hagan suyo este nuevo territorio, que acabarán colonizando, pero las relaciones entre unos y otros resultan cada vez más constantes e intensas. Los alumnos del Instituto todavía están haciéndose a su condición de mentores de los niños y se ven obligados a dedicar demasiado tiempo y energía en ejercer el cuidado y el control. Menos mal que las personas mayores ayudan en esta tarea y consiguen tranquilizar a los pequeños más inquietos. Aún nos queda una larga travesía por este mundo de emociones y experiencias.