2013-2016: Tres cursos de convivencia intergeneracional
y aprendizaje emocional.
Hace ya tres cursos académicos que nos
iniciamos en el mundo de las relaciones intergeneracionales, en una apuesta
educativa que ya está consolidada en nuestro Instituto. El programa de
convivencia intergeneracional constituye una seña de identidad del Centro,
que entiende que el ineludible objetivo de la educación es la formación
integral de los alumnos, destacando su aprendizaje emocional y las dimensiones
que conforman sus relaciones sociales, su compromiso ético y su actitud cívica.
Además considera que en cuanto espacio público y entidad administrativa que es,
tiene un deber social con respecto a la ciudadanía en su conjunto, afirmando su
carácter de servicio hacia aquellos colectivos que más demandan o necesitan atención.
Algo de especial importancia en cualquier contexto, pero que tiene más sentido
aún en áreas periféricas y rurales como es nuestro caso, en donde la oferta
socio-educativa es mucho más reducida. La atención a los mayores se concibe, por tanto, no
solo como un hecho de obligada justicia social, en cuanto les restituimos, aunque en un grado siempre insuficiente,
la rica aportación con la que su generación ha contribuido a nuestro
progreso y bienestar, sino como el medio de enriquecernos mutuamente, poniendo
en juego y conexión recursos que alcanzan su máximo valor en cuanto
interactúan. La apertura de nuestro Centro al contexto social del que forma
parte, se hace en una doble dirección: hacia el ámbito residencial, en donde
predomina la presencia de mayores dependientes, especialmente los aquejados por
distintos grados de deterioro cognitivo, y hacia los mayores del municipio que
demandan formación, socialización y espacios para desarrollar diversas acciones
encaminadas a su envejecimiento activo. Durante los dos primeros cursos académicos
nos hemos orientado principalemente a trabajar en el centro residencial ServiMayor, que forma parte, como si fuera una prolongación más, de nuestro propio Centro y que hemos venido a
calificar como un "laboratorio de emociones". En este curso, además
de mantener y ampliar nuestro programa de acción con ServiMayor, hemos entrado
en contacto con la asociación "La Aliseda" y el "Aula de
mayores" que gestiona el Ayuntamiento de Jarandilla, dentro del
programa de formación de adultos de la Consejería de Educación de la Junta de
Extremadura, lo que ha dado lugar a una novedosa experiencia. Un plan piloto que ha convertido al Instituto en un nuevo espacio para la realización de acciones
formativas conjuntas e intergeneracionales, que nos ha llevado a dar un paso más hacia delante. Para el próximo curso, vamos a contar con un aula permanente de mayores dentro de
nuestras instalaciones.
Principios generales del Plan de
convivencia intergeneracional:
- La inter-generacionalidad como
principio: adiós a la segregación e invisibilidad de los ancianos y de los
efectos psicosociales del envejecimiento.
- El envejecimiento activo como
fundamento: cambio en la concepción de los mayores como personas sin
trayectoria vital y sin papel social, así como de su valor e importancia como
estrategia preventiva.
- Las emociones como motor del
aprendizaje y del bienestar: colocar el aprendizaje emocional en un lugar
central de la actividad educativa, residencial y asistencial.
- El valor emocional de las
relaciones inter-generacionales: la utilización del potencial emocional y
“terapéutico” de las relaciones inter-generacionales en la prevención y mejora
de los mayores aquejados de deterioro cognitivo y alzhéimer.
Programas de convivencia
intergeneracional desarrollados:
- Vencer y cambiar los estereotipos: no
somos marcianos.
- Crear espacios y momentos de
encuentro: no es cosa de un día puntual, sino un plan estructural.
- Comprobar los beneficios mutuos de la
convivencia intergeneracional.
- Constatar la capacidad instrumental y
terapéutica de las relaciones intergeneracionales.
2. Tablas para la vida (curso
2014-2015)
Objetivos:
- Introducir la perspectiva del
aprendizaje emocional : Búsqueda de equipos universitarios para orientar
nuestro trabajo.
- Mejorar nuestra formación en el ámbito
de las emociones: Curso para profesores y
personal de ServiMayor.
- Diversificar las acciones y
actividades orientadas a una atención más individualizada y efectiva a los
residentes.
- Obtener el apoyo institucional y tener
difusión: Una experiencia que debe ser imitada.
- Calibrar el carácter motivador y
mediador del componente intergeneracional en las actividades para la prevención
y “terapia” cognitiva.
3. Compañeros de viaje (curso 2015-2016)
Objetivos:
- Formar un equipo de trabajo
ServiMayor-IES “Jaranda”: unir dos mundos que están más cerca que lejos.
- Experimentar en el campo del
aprendizaje emocional: dar los primeros pasos en el mundo de las emociones.
- Elaborar programas de actividades más
coherentes, orientados y diversificados: mejorando la coordinación, siendo más
creativos, efectivos y potenciando la
iniciativa.
- Un nuevo horizonte, hacer del
Instituto un “centro intergeneracional”:
conviviendo habitualmente mayores, adolescentes y jóvenes en un
instituto de secundaria.
- Plantear las dificultades y
limitaciones en los procesos de identificación y diagnóstico de las emociones
de los enfermos de alzhéimer.
- Establecer nuevos puentes
inter-generacionales con niños de educación infantil.
A lo largo de estos tres programas
hemos consolidado el Plan de convivencia intergeneracional y creado un espacio
de encuentro en donde adolescentes, personas mayores y ahora también niños
realizan de manera sistemática y continuada actividades conjuntas. En estos años, nuestras expectativas y horizontes se han ido ampliando,
en la continua búsqueda de procesos y espacios que sirvan, de un modo más coherente,
consciente y efectivo, para el aprendizaje y bienestar emocional de estos tres colectivos. No solo hemos roto prejuicios socialmente estabecidos
e inercias, hábitos y rutinas que, desde hace decenios, han tendido a segregar
y separar ámbitos relacionales que jamás deberían haberse separado. También
hemos transformado estereotipos que, aparentemente sólidos e inamovibles, caen
con sorprendente facilidad en el momento que se rompen las barreras y jóvenes y mayores se juntan y establecen vínculos.
Los beneficios que obtienen y reciben unos de otros son de una evidencia tal,
que nos mueven a cuestionar unos prejuicios que, desgraciadamente, siguen manteniéndose fuertemente arraigados y que tienden a dejar al margen al
envejecimiento y a los envejecidos. Nuestras sociedades -nuestros jóvenes y
adolescentes- no pueden permitirse el lujo de prescindir de un recurso de
enormes capacidades y posibilidades, ni tampoco el evadirse de una realidad, la
del envejecer, que tiene que integrarse de manera natural en el contexto
cotidiano de nuestros alumnos. La realidad de los países avanzados está ineludiblemente
marcada por su envejecimiento, lo que exige una verdadera toma de conciencia sobre las implicaciones económicas, sociales y políticas que conlleva. La solidaridad intergeneracional, que
constituye una de las principales bases que sostienen nuestro estado del bienestar, debe
erigirse en uno de los puntos de atención preferente de nuestros sistemas
educativos y asistenciales. Y son las administraciones educativas -y también
las sanitarias y las que centran su acción en el ámbito social y asistencial-
las que tienen que desarrollar una acción decisiva en el
desarrollo de este valor y en la creación de espacios efectivos de encuentro
entre niños, jóvenes, adolescentes y las personas mayores.
Encuentros en la Tercera Fase
I Campamento de Trabajo Encuentros Intergeneracionales
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