miércoles, 14 de junio de 2017

Remojones y emociones en el cierre del programa "Trigeneracional" del curso 2016/2017.

El programa que se ha llevado a cabo en este curso 2016/2017, centrado en el aprendizaje de la competencia emocional, se ha desarrollado quincenalmente en ServiMayor, con alumnos de 3º de ESO del IES Jaranda y los niños de 2-3 años del CEI La Casita.

      Después de un curso intenso, nuestro programa "Trigeneracional" llega a su fin. Cada quince días, las tres generaciones se han juntado en ServiMayor para dar forma a este proyecto que tomaba el título de "Emocionarte". Como eje central, las emociones. Se han tomado las primarias (alegría, tristeza, miedo y cólera) y las secundarias (amor, asco, vergüenza y sorpresa)  para desarrollar en las tres edades y, por supuesto, en distintos niveles, diversos aspectos de la competencia emocional.
      Cada una de ellas ha sido foco de uno o dos talleres, orientados a la elaboración de determinados productos y a la realización de actividades asociados con cada una de las emociones. Uno de los objetivos principales ha sido uno de los procesos más básicos de esta competencia, el identificarlas. Por eso fotografiamos las caras de todos expresando cada una de estas emociones. Además, las iniciativas, juegos, cuentos y canciones que realizábamos en grupo se orientaba para despertar situaciones, percepciones y hasta sensaciones asociadas a ellas. Para todos ha resultado una experiencia tremendamente gratificante y nos sentimos muy orgullosos del trabajo realizado.

      Una de las claves ha sido, sin duda, la coordinación que hemos logrado desarrollar entre los tres ámbitos implicados: las educadoras de La Casita, con Puri, la Directora, y Tania principalmente; Los terapeutas ocupacionales de ServiMayor, Chema y Natalia, además de Angélica, la directora y yo mismo, como profesor del grupo de alumnos de 3ºde ESO. La implicación, responsabilidad, comunicación y eficacia de todos y cada uno de nosotros ha sido fundamental, generando un escenario de relaciones aún novedoso en nuestros respectivos ámbitos de actuación. Y es que, desgraciadamente, apenas existentes puentes que conecten a estos espacios educativos y residenciales que nos empeñamos en alejar y segregar. Una de los logros más destacables y reconfortantes ha sido, precisamente, el haz de relaciones que hemos sabido generar entre todos nosotros.

       Y como cierre al programa de este curso, hicmos estreno de las representaciones de títeres que habían  diseñado y elaborado los propios alumnos, a partir de las mascotas que hemos recreado tomando como base las imágenes zoomórficas del cuadro Blue Sky de Kandinski, convertidos en protagonistas de sus obras. Basándose en guiones escritos por ellos mismos, los niños ayudaron a representar sus escenas, ante la complicidad entregada de los residentes.

       Los calores del verano nos dieron pie a terminar con juegos de agua, bajo la atenta mirada, a veces recelosa, por si les llegaba un chapuzón, de los mayores. Así que los globos de agua volaron sobre unos y otros, cuando no los cubos, quedando la mayor parte de nosotros empapados. Y para remate del día y celebración del cierre del programa, ServiMayor nos ofreció un estupendo ágape del que dimos cuenta, en detrimento del puré que la mayor parte de los niños dejarían de comer al regresar a La Casita. 


      Después del desarrollo de esta experiencia, que creemos ya consolidada, solo esperamos poder continuar con esta línea de acción. Hemos conseguido hacer desaparecer temores, recelos y prejuicios que tienden a cerrar y segregar los espacios públicos y evitar que niños, chicos y mayores puedan juntarse. Poner en contacto a distintas edades constituye no solo un beneficio a todos los que participan de actividades conjuntas, orientadas al logro de distintos programas o proyectos, sino una auténtica necesidad de la ciudadanía de hoy. No puede entenderse el aprendizaje integral de todos y cada uno de nosotros -y en esto de aprender no existe edad- ni nuestra formación personal y plena, y aquí se incluye el envejecimiento activo, si no disponemos de escenarios en los que compartamos tiempo y acción individuos de todas las edades. Debemos tener presente que esta sociedad no solo es para todas las edades, también debe ser entre y con todas las edades. Y en esto, además de dejarse emocionar, uno también se debe mojar.

 



 






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