domingo, 6 de enero de 2019

El calendario de 2019

Portada del calendario de 2019. Programa "Ese soy yo".

Página de enero del calendario de 2019.
      Los finales de año nos tienen siempre atareados de más. A los quehaceres propios de la finalización del trimestre se nos añade el trabajo de terminar de maquetar e imprimir el nuevo calendario que editamos para auto-financiarnos. Este es ya el sexto de nuestros calendarios, lo que refleja la solidez de la trayectoria de nuestros programas intergeneracionales y marca una historia que comienza, ella misma, a tener su edad. En estos primeros días de enero de 2019, hemos destapado la portada y colocado la página de este mes sobre el gancho que va a orientar nuestros días a lo largo de este año. En cada uno de sus meses, las fotografías corales de nuestros alumnos, participantes en los distintos programas que llevamos a cabo, de los mayores del centro residencial ServiMayor, de los niños del centro de educación infantil "La Casita" y de nuestras alumnas sénior del Aula Intergeneracional, nos van a acompañar, cómplices de nuestro discurrir diario por los números de sus páginas.  Son, sin duda, un aliciente constante, una motivación, un empuje que nos ayuda a afrontar nuestras tareas, a ser tenaces en los proyectos y a sobrellevar el día a día de nuestras vidas.
Calendario del Pi "Encuentros en la Tercera
Fase", en el primer año del programa: 2014.

      Los primeros calendarios que editamos tenían una sola fotografía por cada mes y los retratos eran menos grupales. Reflejaban los inicios, cuando el programa era mucho más limitado en actuaciones y el número de alumnos y de mayores era bastante menor. Pero desde entonces, no solo hemos tenido que duplicar el número de imágenes, sino que estas, además, han ido incluyendo, año tras año, a más partícipes retratados. Han ido perdiendo protagonismo los números y han ido ganando presencia las personas. Guardo los calendarios de los cinco años anteriores como piezas de una colección valiosa. El pasar por sus páginas me evoca experiencias y recuerdos asociados a cada uno de los chicos y mayores que habitan, imperecederos, esos años ya pasados. Y a la nostalgia del tiempo transcurrido se añade la inevitable tristeza que provoca el constatar las pérdidas de aquellos que ya no están con nosotros. Resulta inevitable el que nuestros calendarios tengan, en cuanto a los mayores respecta, un algo de obituario. Pero no al uso de la triste presentación de esas lúgubres esquelas que, afortunadamente, van perdiendo espacio y presencia en los diarios, sino de emotivo recordatorio del tiempo vivido y de su huella y legado que nos han dejado.
Proyecto "Tablas para la vida"
Calendario de 2015.

      Los calendarios tienen, no obstante, mucho más de futuro que de pasado. De hecho, disponen de una naturaleza casi orgánica. Los meses caducan justo al terminar su último día y sus hojas deben arrancarse para que el siguiente mes pueda renacer cuando el anterior le da el paso. Y de nuevo aparecen los números inmaculados, un montón de días por estrenar que se nos muestran llenos de expectativas y posibilidades. Junto a las tareas pendientes, esas que arrastramos de mes a mes, enseguida se añaden iniciativas y proyectos, nuevas ilusiones a las que vamos poniendo fechas y situando en un lugar de nuestros días venideros. Ahora que tenemos todas sus páginas a estrenar, con sus números sin tachar, salvando esta primera semana que es como de regalo, es momento de colocar sobre el 2019 los buenos propósitos que hemos de ir cumpliendo. Porque aunque uno echa la vista atrás, mira el tiempo recorrido y se regocija por los logros alcanzados, esos mismos años que han pasado te exigen un más allá que todavía no ha llegado. Es lo que tiene la ambición, el trazar un horizonte que uno dibuja lejos de donde se encuentra, uniendo todos esos puntos a los que se se atreve a aspirar y que, aunque vislumbrados e incluso iniciados, se hallan todavía a bastante distancia. De ahí la importancia de imponerse un calendario, el marcarse fechas y contraer compromisos con uno mismo, con otros si es posible y, sobre todo, con el tiempo. Y evitar que con el deshojar de los meses caigan también al suelo esos proyectos con los que pretendemos cumplir nuestras metas e ir transformando, día a día, la realidad que nos sirve de escenario.
Proyecto "Compañeros de viaje"
Calendario de 2016.

      Como estamos justo en el momento de los buenos deseos, en el tiempo de los compromisos y los proyectos, me animo a mí mismo y a los demás a que los llevemos a término. Como por este camino no vamos solos y disponemos de compañeros de viaje, conviene que esta ruta sea antes una romería jubilosa que´una peregrinación de redención y penitencia. Aunque nos encontraremos en su transcurso dificultades, obstáculos y resistencias, no nos hacen falta ni templarios, ni hospitalarios ni bendiciones papales para una cruzada. Sí necesitamos de unir nuestros esfuerzos y el disponer de una red de aliento y apoyo, que nos ayude en la travesía a seguir el camino trazado por unos y los logros conseguidos por otros. Tenemos en Extremadura la suerte de contar con una base institucional que nos ampara, de la que esperamos valentía para asumir, al menos, parte de nuestros frentes. La Comisión de Programas Intergeneracionales constituye su vanguardia, pero precisamos pisar más por los caminos ya trazados y abrir nuevas veredas. Se hace necesario un compromiso por parte de la Junta para incluir la perspectiva intergeneracional, de manera transversal, en todos los ámbitos de la administración autonómica. Y nos hace falta su convencimiento de que es una de las mejores formas de plantear vías y encontrar soluciones para afrontar el reto demográfico.
Proyecto "Emocionarte"
Calendario de 2017.

      Ojalá nuestra experiencia en este terreno sirva de hoja de ruta para que otras comunidades consigan dar este paso y logremos, en un medio plazo, dar forma a un mapa que englobe a todas las regiones. Para esto precisamos conformar una plataforma, una red, un algo que nos aglutine, nos emocione y nos sirva de oriente, que nos ayude con el equipaje, con los rumbos y todas las cosas que se precisan para este viaje. Es este el camino a seguir, para conseguir que a nivel estatal, tan sensible a los virajes que marca la política, atienda a un movimiento que se está produciendo de abajo a arriba, al que se tenga que sumar y no pueda ni esquivar ni hacerle frente. Será entonces el momento de consolidar la apuesta intergeneracional, a través del IMSERSO y también del Comisionado del Gobierno frente al Reto Demográfico. Nos hace falta pues, además de un grupo formal, un ente, a ese alguien que sea nuestra referencia, nos personifique y que nos represente. 
Proyecto "Días contados"
Calendario de 2018

      Pero como este mundo es precisamente eso, global, además de las autonomías y del estado hace falta viajar más allá y conectarnos con otras experiencias y movimientos fuera de nuestras fronteras. Sabemos dónde mirar y a dónde dirigir nuestros pasos, para adaptar modelos a nuestra realidad y replicar, a nuestros modos y maneras, los centros y comunidades intergeneracionales que han ido construyendo en otros países. Ya tenemos por estas sendas avanzando a un equipo que es motor y punto de encuentro, el Proyecto ISCI, liderado por Mariano Sánchez desde la Universidad de Granada y Juan Sáez desde la Universidad de Murcia. Y también los socios internacionales que constituyen la punta de lanza en el ámbito intergeneracional, con Catherine y Peter Whitehouse, cabezas de The Intergenerational School, en Cleveland (Ohío, Estados Unidos) y Mattew S. Kaplan, líder del Internegenerational Program del Penn State College of Agricultural Sciences (Pensilvania, Estados Unidos). Y junto a ellos otros líderes mundiales en este campo de estudio y, sobre todo, de la acción, que incluye a entidades sociales y académicas de Escocia, Irlanda del Norte, Reino Unido y Suecia, con los que se está construyendo una comunidad que, con el tiempo, irá fructificando en alianzas y partenariados. Tendiendo puentes podremos ir avanzando, haciendo que este viaje no se convierta en una ardua y estéril travesía en el desierto.

      El año ya está en marcha y tenemos los días contados, en el sentido literal de estas palabras. Es momento de colocar en la pared el nuevo calendario y de pasar la vista por los meses que nos ofrece, con sus semanas y sus días esperándonos. En la cocina de mi casa ya están los chicos y mayores de enero mirándome, expectantes. Yo también les miro. Quién puede resistirse a invitación semejante.

2 comentarios: