29 de abril: Día europeo de la solidaridad y cooperación entre las generaciones.
El pasado 29 de abril miércoles, acudimos a nuestra visita semanal a
ServiMayor. Fui con los alumnos de 3º de ESO, que se alternan
semanalmente con los de 1º de Bachillerato, los dos niveles que
protagonizan este curso el programa de convivencia intergeneracional,
que este curso hemos titulado "Tablas para la vida". Había quedado con
Inma, una de las Técnicas de Animación Sociocultural, en organizar
alguna actividad dedicada a celebrar, de manera sencilla, este día, el
único del calendario que apadrina y conmemora las actividades
relacionadas con la convivencia intergeneracional. Los residentes habían
ya iniciado una pancarta con la fecha y la conmemoración "29 de abril:
Día de la Solidaridad Intergeneracional, IES "Jaranda"-ServiMayor", que
terminaron
con los muchachos. Estuvieron también elaborando unos broches de
goma-eva alusivos también a este día, con un simple texto alfanumérico:
"29-A". Nos interesaba destacar precisamente eso, la fecha, al objeto de
dar visibilidad a una conmemoración que, por extraño que pueda parecer,
pasa desapercibida en la mayor parte de los ámbitos en los que debería
señalarse y celebrarse. Se trata, de hecho, de una iniciativa
relativamente reciente, iniciada en el año 2009, cuando la Unión Europea
tomó a bien destacar esta fecha como el "Día Europeo de la Solidaridad y
Cooperación entre las Generaciones". Pero no sería hasta tres años
después, en 2012, cuando esta proposición tomara cierta fuerza, al calor
de las iniciativas que se llevaron a efecto en torno al "Año Europeo
del Envejecimiento Activo y de la Solidaridad Intergeneracional".
Afortunadamente, en abril de 2015, estábamos de enhorabuena.
Esa misma mañana se me había ocurrido el echar un vistazo al calendario
escolar para el curso que viene. Hacía unas semanas, Manuel, el
director del Instituto, había dirigido sendos correos electrónicos a la
Delegada Provincial de Educación de Cáceres y a la Consejera de
Educación del Gobierno de Extremadura, destacando la ausencia de una
celebración pedagógica que animara y propiciara el desarrollo, en el
ámbito educativo regional, de experiencias y actividades relacionadas
con la solidaridad entre las generaciones. Proponía que el 29 de abril
fuera declarado el "Día escolar de la solidaridad intergeneracional",
para de este modo ir abriendo conciencia entre el profesorado y alumnado
de la importancia de llevar a cabo iniciativas en este sentido. Pues
bien, las autoridades educativas se habían mostrado completamente
receptivas a la solicitud. En el decreto que establece el calendario
para el año académico 2015-2016, publicado en el Diario Oficial de
Extremadura de 27 de abril, aparece finalmente recogida esta fecha con
el siguiente
objetivo: "la solidaridad y la convivencia con los mayores para
establecer un diálogo intergeneracional de convivencia entre jóvenes y
personas mayores que favorezca la comprensión mutua, la colaboración y
potencie el valor de los mayores como sujetos activos". Una redacción
necesariamente redundante para destacar el valor educativo y social del
encuentro entre los niños, adolescentes y jóvenes con las personas
mayores.
Bien
sabemos que por el simple hecho de decretarse una celebración más en el
calendario escolar no se asegura nada. No resulta fácil a los centros
educativos el preparar sistemáticamente actividades y propuestas para
dar la debida consideración a todas y cada una de las conmemoraciones
que aparecen allí recogidas (para el curso escolar 2015-2016 son un
total de 13). Todo queda a merced de las iniciativas que vienen a
realizar los centros, bien por la inquietud y buen hacer de los
orientadores, jefes de actividades complementarias y extraescolares o de
los propios equipos directivos; bien por la sensibilidad de
determinados profesores que, movidos por su compromiso y dedicación,
diseñan y preparan actividades concretas para celebrar esos días. Esto
hace que un buen número de celebraciones pasen más o menos inadvertidas o
que tengan un discreto reconocimiento y efecto en el día a día del
centro. A sabiendas de ello, para nosotros suponía un respaldo a las
iniciativas que veníamos llevando desde hace dos años y, sobre todo, una
apuesta de la administración por impulsar un espacio de desarrollo
educativo que nosotros consideramos de especial importancia. El simple
hecho de que aparezca esta fecha en el calendario escolar ya supone una
apuesta y un compromiso institucional y social hacia el necesario
diálogo entre generaciones, así como el fomento y desarrollo de espacios
de convivencia de niños y jóvenes con mayores, además de la
programación y diseño de actividades en las que vengan a relacionarse.
Al terminar nuestra pequeña jornada -estamos en la residencia tres
horas seguidas-, nos habían preparado un pequeño ágape como cierre del
día. Después de unos bailes espontáneos que alumnos y residentes
compartieron, expresión de gustos musicales realmente dispares,
solemnizamos la celebración con unas sencillas y sentidas palabras. Ese
día volvimos al Instituto con la sensación de no estar ya solos en este
camino.